¿dónde estoy?
Marte
por BORJA MUREL
Me considero de los pocos que disfrutaban más de los filmes del difunto Tony Scott que de los de su irregular hermano mayor, que siempre ha sido excesivamente pretencioso. Ridley Scott revolucionó el mundo de la ciencia ficción con dos obras maestras: “Alien” y “Blade Runner” que le situaron en una cima artística que no siempre ha sabido mantener. A pesar de habernos regalado maravillas como “Gladiator” o “American Gangster”, su filmografía está llena de títulos mediocres, muchos de ellos tremendamente ostentosos, que han resultado fallidos en la suma de sus partes. Recientemente había regresado a la ciencia ficción de la mano de “Prometheus” (precuela de “Alien” sumamente disfrutable).
Ahora nos presenta “Marte” , un trabajo por el que los críticos se han desbordado en elogios, pero que a mí, a pesar de ser más que correcta y entretenida, al final me ha dejado una frase en la cabeza: “ni chicha ni limonada” .
Como siempre, su producción es impecable y cada dolar reluce en pantalla. El guión (escrito por Drew Goddard e inspirado en la novela de Andy Weir) nos cuenta la historia de un astronauta que es abandonado por error en Marte tras una fallida misión (creyendo todos que ha muerto). El argumento introduce el original concepto de que el protagonista logra sobrevivir creando un mini ecosistema gracias a su ingenio y sus estudios de botánica.
Esta primera parte de la trama nos regala algunos guiños cómicos muy conseguidos. Todo parece fluir con interés hasta que comienza un interminable intercambio de comunicaciones entre la NASA y el protagonista, alargando hasta el sopor el inevitable rescate.
Cuando la película termina te das cuenta de que ha sido demasiado previsible, de que no ha habido ninguna sorpresa que nos haya mantenido en tensión, de que a su metraje de dos horas y media le sobra un tercio. Pero también piensas que quizás su visionado haya merecido la pena por tres razones: las magníficas interpretaciones de Matt Damon (siempre más que solvente en cualquier papel), Sean Bean y Jeff Daniels (que son los personajes más atractivos de la trama); por el mensaje de superación que transmite, y porque Ridley Scott siempre nos regala un espectáculo visual sobresaliente, a pesar de que el guión pueda tener mayor o menor calidad.
Por lo demás tengo poco que añadir. Obras recientes como “Gravity” de Alfonso Cuarón o “Moon” de Duncan Jones funcionan muchísimo mejor a todos los niveles que la nueva película de Ridley Scott. Esperaremos con interés la continuación de “Prometheus” con dos de mis actores actuales favoritos (Noomi Rapace y Michael Fassbender) a todo fuelle.