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Amor Romántico

por DIANA GONZÁLEZ

No creo en el amor romántico. No creo que el amor lo pueda todo. No creo que mirar a alguien y decirle te amo cambie todo de un plumazo.

La culpa la tiene Disney y las comedias románticas, el “y fueron felices para siempre”. Después de comerse las perdices, alguien tuvo que fregar los platos y ahí, empezaron los problemas...Pero eso nunca nos lo cuentan. Ni tan siquiera en las segundas partes.

No creo en el amor tal y como nos lo enseñaron. Que me pregunto yo quién empezaría con esa monserga, si ya el primero que contará el cuento digo yo que lo haría a un hijo nacido de una pareja que seguro que en la prehistoria tendría ya más de un problema!

Yo, que voy ya por la friolera de quince años con la misma pareja, tengo un concepto del amor “raro” (como poco) para mi madre, que sigue creyendo en un oficial y caballero, así, por decir algo...Para mi madre y muchas personas a las que no quiero ofender. Pero es que a veces, ese amor que todo lo puede, puede a base de machacar a tu pareja, de hacerla sufrir, de quererla mucho, pero no quererla bien.

El amor con el que yo comulgo conlleva trabajo. Mucho. Y claro, da pereza. A veces lo aborreces, te agota, te supera. Sientes que no puedes más. Pero entonces, el amor en el que yo creo hace que te levantes, sacudas los malos sentimientos y trabajes pensando en la persona a la que quieres. En lo que necesita. En lo que no puede hacer. En lo que no se da cuenta de que está haciendo. En lo que tenéis. En lo que quieres construir juntos.

El amor debería ser eso que marca tu rumbo, pero no lo que decide tu futuro. El futuro es nuestro. De cada uno. Y son dos los que deberían decidir juntos (y por separado) que quieren para mañana. Y el amor en el que yo creo te hace libre, te da la mano mientras decides, tú decides. Y es genial cuando decidimos que queremos seguir juntos, el mismo camino.

Nadie debería dejarse querer mal en nombre de un amor romántico. Porque para amar a alguien, primero debes quererte tú, a ti mismo. Que te machaquen, que te dejen tirado, que te falte el respeto, que no se den cuenta de cómo sufres pero que después, al día siguiente, un mes después, un año después, vengan a por ti diciéndote cuando te aman, eso, eso no es amor, por mucho que digan.

Cuando alguien te quiere, te acompaña (a veces con mala cara, eso sí) en esos días en los que ni tú te aguantas, te da la mano para que no te sientas solo en esos momentos en el que el miedo te paraliza. Cuando alguien te ama, lo hace a pesar de todos tus defectos, y te corrige en casa pero, siempre siempre, da la cara por ti en público. Cuando alguien te ama, sonríe mientras tu disfrutas con cosas simples que te encantan (como dormir un rato más por la mañana, con ese postre de más que quizás no deberías comer, con esa nueva mascota que de repente adoptas en casa). Llegar a las bodas de Oro no debe ser fácil, 50 años no son fáciles para nadie. Pero hay personas que los viven, juntos!. Y juntos deciden que seguir siendo dos merece la pena pese a todas las piedras del camino. Se ayudan y se comprenden cuando el primer instinto te dice que salgas corriendo. ¡Se aguantan! Con la convicción de que todos nos equivocamos, sabiendo que el que tienes en frente también se dará cuenta de su error y se disculpará, sinceramente, con el corazón en la mano, prometiéndose a sí mismo que intentará no volver a hacerte daño conscientemente.

¡Amar no es fácil! ¡Vivir no es fácil! Pero todos sabemos lo que nos hace daño, lo que nos hiere. Y sabemos qué hiere al que tienes en frente. Intentar no herir, a pesar de sentirte herido. Eso debe ser lo más difícil en eso del amor... ¡Empatía señores! Ponerte en el lugar del otro, cambiaría el mundo. Y el concepto de amor.

(Así que pregúntate si la princesa dormida quiere que un extraño la bese mientras está inconsciente)

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1 comentario

  • Noteimporta

    3/06/2019 10:35

    Suscribo tus palabras. Siempre digo a mi pareja: "No me quieras tanto y quiéreme mejor". Es difícil a veces. Hay que saber perdonar, hay que saber disculparse, pero ante todo y sobre todo hay que saber respetarse a uno mismo y al que está enfrente. ¡Qué viva ese amor que se demuestra aún cuando duele querer! Ese que atenaza y a la vez libera, que permite crecer como personas y ser mejores. Menos rosas y más besos sinceros. Menos bombones y más sonrisas cómplices. Menos "cuentos" y más verdades. Y sobre todo, comprensión, apoyo y lealtad. Ese es para mí EL AMOR.

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