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Agosto

por Diana González

Agosto sólo nos habla de vacaciones, de sol, de playa y piscina, en definitiva, de ocio y buenos momentos. Vacaciones. A medida que creces las vacaciones cambian tanto que hoy, despidiendo a los compis que se van unos días, he decidido escribir sobre ellas.

Siempre fui buena estudiante, así que hasta tercero de carrera yo no supe lo que era estudiar para septiembre. El curso acababa en junio, y me despedía de obligaciones estudiantiles (más allá de vacaciones Santillana) hasta el curso siguiente. Llegaba el verano y todo lo que se presentaba era bueno. Amigos y familia a todas horas, en la piscina o en la playa, noches mucho más largas y diversión a cualquier hora. Bueno, a cualquier hora no. Cualquier niño que se precie odia las horas de siesta. Ese momento en que los mayores deciden ponerte una peli y que estés tranquilito y a ti se te antoja como los minutos más largos de la historia.

Creces, y ese primer verano en el que pasas un primer día de piscina con amigos sin tu madre, o una noche en la que por fin sales solo, se marcará a fuego en tu memoria. El verano, pese a esos cuarenta grados que suelen amenazar Talavera, siempre será mi estación favorita.

Y vuelves a crecer. Y el verano de los 18 es uno de los más significativos. ¿Por qué? ¡Pues porque te apuntas a la autoescuela! Esa matrícula es, sin duda, la MATRÍCULA. La que siempre quisiste hacer. Ese verano cambiará tu vida. Porque por fin bajas al Huerto en coche, con tus colegas llegas en coche a la Ronda, y bueno, no subes con el coche a casa porque en el ascensor, ¡no cabe! Para un momento y rememora ese verano. ¿Quién fue tu rollete ese verano? ;)

La universidad fue ese giro de 180 grados de mi vida. De mi verano, de mi mes de agosto. Todo se volvió del revés. Los planes fueron muy distintos. Y con gente distinta. Hasta que llegaron las prácticas… Salimos igual, y acudíamos a trabajar como becarias trasnochadas. ¡Qué tiempos aquellos…!

¡NO! Me niego a hablar como una señora. Yo no soy mayor. Ahora trabajo. Sólo tengo 25 días de vacaciones al año y suelo levantarme a esas horas en las que los últimos diez veranos de mi vida yo solía acostarme. Pero no. No soy mayor. Me niego a serlo.

Hoy quiero pararme a pensar en las cosas buenas de este mes de agosto, el de 2013. Este agosto yo voy a vivir sensaciones increíbles porque llegará a mi vida el primer bebé de mi familia. Este agosto puedo vivir un verano diferente lleno de planes con la persona que quiero. Este agosto tengo la opción de findes que comienzan los viernes a las dos de la tarde, porque los jefes nos han cambiado el horario. Este agosto hay menos colas en el sitio donde me hacen la manicura. Este agosto he conocido a gente guay con la que hacer planes entre semana, después del curro.

Pese a la crisis, los trabajos y tantas y tantas pegas que puedes ponerle a este mes de agosto recién estrenado, yo te digo que pares. Siéntate un segundo y piensa en todas esas cosas buenas que puedes hacer. Porque tu día a día de este agosto está lleno de gente que te quiere, que te acompaña pese a las obligaciones.

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