Si alguien no sabe lo que es un club de lectura no tiene nada más que hacer un análisis sencillo sobre el significado del sintagma: “club”; asociación de personas creada para la consecución de un fin y “lectura”; acción de leer, obra leída o interpretación del sentido de un texto. Y si tiene curiosidad, por ver cómo funciona, que se pase por la Biblioteca José Hierro cualquier día de la semana.

Detrás de cada puerta, de cada sala, hay personas reunidas comentando las historias que cuentan las novelas, historias de amor y odio entre hombres y mujeres en distintas épocas, la evolución personal e interior a través de sus pensamientos, sus ideas, sus emociones, sus errores, sus fracasos, sus éxitos, en definitiva, su vida, nuestra vida.

Con esta actividad los usuarios que forman los clubes de lectura no disfrutan leyendo sólo en casa, sino que luego comparten sus pensamientos y opiniones con un grupo de lectores que ponen en común el resultado de su primera incursión en la novela. De este modo, quince, veinte, treinta personas de distintas edades, profesiones e ideologías conversan sobre un mismo libro, enriqueciendo la impresión que cada uno saca leyendo en solitario.

La interpretación de lo leído viene delimitada por sus propios conocimientos y ampliada por la experiencia, la investigación y el poso cultural de cada uno de los miembros del club. La diferencia de pareceres les hace crecer aún más, entenderse y respetarse. Pero lo más importante es que la literatura les enseña a adentrarse en sí mismos, a conocerse mejor y a mirar mucho más allá de lo que alcanzan a ver a simple vista.

Si os parece bien, vamos a trasladar el gusto por la lectura comentada a este blog, juntos vamos a aprender a leer libros de otra manera y a saborearlos, porque la lectura compartida es una tarea que requiere un esfuerzo añadido para captar más aspectos de la obra que va a ser posteriormente desglosada, con lo que los beneficios se multiplican.

Haremos excursiones que rompan los límites del espacio y del tiempo, de manera que podamos estar a la vez en el sillón de nuestra casa y en la Europa del Paleolítico Medio en la cueva de un Clan de Nearthentales con el Mog-ur Creb, sus espíritus protectores, la curandera Iza, que se rige por la memoria y el instinto y Ayla, la niña Cro-Magnon. Siguiendo la carrera hacia el poder de Adriano, desde su nacimiento en Itálica, su aprendizaje militar en la Séptima Legión, acantonada en los Pirineos, servicial Tribuno de su primo Trajano, y su visión de la Roma Imperial como un lupanar de muerte.

Del Continente Europeo al Asiático, conoceremos los años sesenta en Tokio donde el honesto Watanabe y la complicada Naoko forman parte de un grupo de personajes complejos que tocan temas esenciales como la infidelidad, el suicidio, los conflictos familiares, el amor y el sexo. Abriendo un libro podemos estar en la Rusia de los zares con Ana Karenina y su amor ilícito o recorrer en coche E.E.U.U. desde un pueblecito de Nueva Inglaterra, de motel en motel, con el monstruoso Humbert y la púber Lo.

Adentrándonos en las páginas de los libros podemos conocer distintos modelos de conducta y saliendo se sus límites ampliar nuestra sensibilidad y nuestro gusto estético, a lo que contribuirán todas las referencias culturales que hacen los autores por medio de sus personajes; referencias sobre otras lecturas, música, arte, cine que nos aportarán conocimientos y desplegarán nuestra imaginación y gracias a ella podremos avanzar y no estar estancados siempre en las mismas ideas, ampliando los márgenes de nuestra conciencia.

Os invito a todos a leer y comentar, para el próximo día, El clan del oso cavernario de Jean M. Auel.

Mercedes Regidor
Coordinadora de los clubes de lectura de la Biblioteca José Hierro