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El Dios de las pequeñas cosas, Arundhati Roy

por MERCEDES REGIDOR

Arundhati Roy, escritora y activista India, nacida en Shillong en 1961, de una madre cristiana sirio-ortodoxa y un padre hinduista. Pasó su juventud estudiando en Ayemenen (Kerala) y a los 16 años se trasladó a Delhi y comenzó un estilo de vida bohemio. Vivía en una cabaña vendiendo botellas para ganarse la vida, luego estudió arquitectura y se casó con un arquitecto, su primer esposo. Se casó por segunda vez en el 84, trabajó en el cine, hizo algún papel, escribió algún guión y alguna serie de TV.

Comenzó a escribir la novela semiautobiográfica El dios de las pequeñas cosas en 1992 y la terminó en el 96. Recibió 500.000 liras por adelantado y los derechos de la novela fueron vendidos en 21 países. Con ella ganó el premio Booker en 1997.

Para protestar contra las pruebas de armas nucleares realizadas por el gobierno indio en el estado de Rayastán escribió el ensayo El final de la imaginación, se opone a proyectos de represas hidroeléctricas en la India con El precio de vivir. Se ha dedicado a la literatura de no ficción y a la política, publicando colecciones de ensayo y trabajando por causas sociales. En 2004 ganó el premio Sidney de la paz. En 2010, hizo un reportaje a la guerrilla india maoísta con la intención de relatar la violencia del sector, y sólo por eso es perseguida hoy en día por el estado indio.


El dios de las pequeñas cosas de Arundathi Roy.

Comienza el relato en el año 1969 cuando los gemelos Rahel y Estha tienen siete años, son separados cruelmente y no se reencuentran hasta 1993 a la edad de 31 años. La historia se desarrolla en Ayemenem (Kerala), suroeste de la India y está escrita bajo la perspectiva de estos dos niños. Las palabras del idioma malayalam son utilizadas junto con el inglés, lo que da mayor veracidad y exotismo al texto. La novela comprende varios aspectos de la vida de Kerala y de la condición humana de sus habitantes. La mayor parte de los personajes se ven frustrados por una serie de sucesos que les hacen fracasar en su vida profesional y sentimental, produciéndoles una fuerte mella en su carácter y en su comportamiento respecto a las personas que les rodean.

Temas como los malos tratos, que protagoniza Pappachi, son expuestos sin clemencia. Su amargura hace que pague sus decepciones con la familia, ya que tras descubrir una nueva especie de polilla de mariposa fue despedido y luego atribuido el hallazgo a otra persona. Soterrado tras una fachada de marido perfecto se esconde un padre de tendencia abusiva especialmente con su esposa, Mammachi. Una noche, cuando Pappachi está golpeando a su mujer con un florero de latón, Chacko, su hijo lo detiene y le dice que no vuelva a hacerlo. Desde entonces hasta su muerte, Pappachi no vuelve a pegar ni hablar a su esposa descuidando su aspecto para poner en entredicho las capacidades de esta como ama de casa. Él también se niega a que Ammu, su hija, continúe su educación universitaria, y ésta es obligada a volver a casa.

Ammu, desesperada por escapar del mal humor de su padre y el sufrimiento de su madre, pasa un verano con una tía a Calcuta y para evitar volver a casa se casa con un hombre, que más tarde descubre que es alcohólico e intenta prostituirla con su jefe para no ser despedido del trabajo, a la larga lo abandona y vuelve con su madre, su hermano Chacko y la hermana de Papachi: Baby Kochamma a Ayemenen. Esta ultima, debido a sus propias desdichas, alimentadas por una imaginación insana y poco realista disfruta de las desgracias ajenas.

Las diferencias muy marcadas de clases sociales, divididas en castas, están representadas por Velutha que es un intocable, su familia ha trabajado para la familia de Chaco durante generaciones. Él tiene un gran talento con las manos, por lo que se hace indispensable en la fábrica de conservas y encurtidos para reparar la maquinaria. Los gemelos admiran a Velutha. Ammu y Velutha se sienten atraídos y mantienen una relación, cuando esto se descubre Ammu es encerrada en su habitación y él desterrado. Esta desesperada echa la culpa de todo a los gemelos, pues su existencia cohíbe su libertad. Estos deciden huir. De aquí en adelante la tragedia se cebará con todos los ellos.

La novela despierta los sentidos y los solivianta a través de las descripciones de interiores y exteriores: la mansión venida a menos en la que vive la familia, la choza de los intocables con su drama particular: el hermano minusválido, el padre que traiciona al hijo y quiere matarlo con un hacha por haber tenido relaciones con una persona de una casta superior. La secuencia del cine es impactante debido a la descripción escatológica del vendedor de refrescos, pederasta que obliga a Estha a masturbarlo; el aeropuerto, todo descuidado y cubierto de mugre; la comisaría de policías corruptos. Al final del relato nos invade una desmesurada sensación de impotencia ante las injusticias que se multiplican a medida que avanzamos en la lectura.

El próximo día hablaremos sobre Afganistán con la lectura de Mil soles espléndidos de Khaled Hosseini.

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