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El Hombre de Acero

por BORJA MUREL

A raíz del éxito obtenido con la trilogía “El Caballero Oscuro” sobre el personaje de Batman, Cristopher Nolan ha decidido repetir fórmula con otro superhéroe clásico, “Supermán”, pero esta vez encargándose de la producción y parte del guión y dejando la labor de dirección en manos de Zack Snyder (director de “300” o “Watchmen”).

La fórmula estaba clara: oscurecer al personaje, eliminar el humor, espectacularidad al máximo en los efectos especiales, hiperrealismo en el argumento (dentro de las posibilidades permitidas). Esos ingredientes, que ya vimos en el “Batman” de Nolan, se repiten en este nuevo “Superman”, reflexivo, filosófico y profundo, que se encuentra a años luz del personaje al que dio vida Christopher Reeve casi treinta y cinco años atrás.

El argumento inicialmente sigue las directrices marcadas por el “Superman” de Richard Donner de 1978, incluso fusiona parte de la primera y segunda parte de aquellas, con la historia del desterrado Zod y sus secuaces tratando invadir la tierra; pero el enfoque en esta ocasión es totalmente distinto. Si aquel Superman tenía un toque de divertida ingenuidad, éste nuevo es más rudo e introvertido. Aquí veremos a Clark Kent con barba en ocasiones, descaradamente forzudo, con una gran encrucijada interior, tratando de encontrar sus orígenes. Un salvador definitivo para un planeta tierra decrepito. Entre las muchas cosas que se echan en falta, principalmente el humor y el tono distendido de las clásicas, se encuentra el personaje de Lex Luthor (aquél fantástico Gene Hackman) que aportaba algunos de los gags más divertidos a la versión antigua y que por alguna extraña razón de marketing ha sido omitido en esta versión, aunque se rumorea quizás aparezca en la segunda parte de este “Hombre de Acero” que no tardará en ver la luz. Posiblemente le hayan reservado como plato fuerte para la continuación, igual que hicieran con el Jocker en la segunda parte de “Batman”.

El elenco de actores en el plano secundario es de primera línea: Russell Crowe (un Jor-El sobrio aunque menos épico de lo que fue Marlon Brando), Kevin Costner (padre de Superman en la tierra) o Laurence Fishburne (editor del periódico donde trabaja Lois Lane). Por otro lado el duo protagonista están simplemente correctos: Henry Cavill es un Superman moderno y bíblico que puede llegar a ser cargante, y Amy Adams resulta una Lois Lane más peliaguda y avispada de lo que fue Margott Kider.

La acción trepidante de la película es ideal para enganchar al espectador más escéptico, pero el tono mesiánico de este “Superman” puede llegar a lastrar la historia. Demasiada filosofía y reflexión para una película que en realidad debería entretener en lugar de dar lecciones sobre la vida.

Antes de concluir, quería mencionar algunos apuntes sobre las anteriores revisiones del superhéroe . La versión de 1978, dirigida por Richard Donner – que venía de dirigir una obra maestra del terror: ”La Profecía” (1976) - resulta sumamente entretenida. Totalmente cercana al comic, es una película tan agradable de consumir como ingenua. Donner rodó simultáneamente éste primer “Superman” y su secuela, hasta que, por problemas con los productores, fue sustituido a mitad de rodaje por, el menos agraciado, Richard Lester. Lester introdujo más dosis de humor en la segunda parte de “Superman” y eliminó gran parte del argumento que estaba desarrollando Donner. Para los fans de este superhéroe recomiendo el visionado de las dos versiones que existen de esa segunda parte: la de Lester, que es la que vio la luz en 1980, y la de Donner, que fue editada en dvd hace pocos años y que difiere considerablemente en el guión; y en la que podemos volver a ver a Marlon Brando en un pequeño cameo. De “Superman III”(1983) y “Supermán IV”(1987) ni hablaremos.

La saga fue perdiendo progresivamente calidad y fuelle hasta terminar siendo una autoparódia insufrible, con actores como Richard Pryor soltando chistes en pantalla totalmente infumables. Aún habría otra película, “Superman Returns” (2006), con un reparto repleto de caras nuevas y un argumento descafeinado, que intentaría, sin éxito, reavivar la saga.

Si hoy en día Superman tuviese que buscar una cabina de teléfono para cambiarse, tardaría horas en encontrarla o acabaría detenido por exhibicionismo; y es que en la nueva era tecnológica en la que nos encontramos, no tiene mucho sentido revivir y retomar de cero - por tercera vez - un personaje que debía haber quedado anclado en las décadas de los 70/80. Hay clásicos que no se deben tocar. Si bien Nolan logró excepcionales resultados con “Batman” (un superhéroe que en los comics ya era intrínsecamente oscuro), la formula se resiente sobre “Superman”… aunque visto el éxito que ha tenido, ya sabemos que tendremos secuelas para rato.

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