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Antes del Anochecer

por BORJA MUREL

Nada es para siempre. Nada. Y la trilogía de Richard Linklater no podía ser menos. Si “Antes del Amanecer” era una perfecta historia de amor que alcanzaba su cenit romántico precisamente es su continuación “Antes del Atardecer”, ahora, con la tercera entrega, asistimos al tortuoso desgaste de los sentimientos, en clave aún más hiperrealista que sus predecesoras.

La película es prácticamente intachable. Los diálogos son afilados e ingeniosos, fruto, como en las partes anteriores, por un lado de las improvisaciones de Ethan Hawke y Julie Deply, y por otro de la buena mano como guionista del director.

Como ya conoceréis los que hayáis visto las entregas anteriores, la historia se basa prácticamente integra en las conversaciones de los dos protagonistas. Pero esta vez el tono es algo más rudo, crudo y áspero. Los juegos, triquiñuelas y arrumacos de los veinteañeros de la primera parte, y el romanticismo mágico y madurez de ensueño del reencuentro de los treintañeros de la segunda parte, han dado paso a un tono desencantado y resentido de la relación de pareja en esta tercera entrega, con unos protagonistas entrados en los cuarenta que han desgastado su mundo común. Y es que ha llovido mucho desde que en 1995 Richard Linklater decidiese dar comienzo a su trilogía. El director ha ido regalándonos casi cada 10 años una nueva secuela, mejorando con cada entrega el guión de la anterior, siempre con el mismo equipo protagonista, y cada vez en un escenario distinto: Viena en la primera, París en la segunda y Grecia en la tercera. Hemos asistido al envejecimiento de los actores, así como a una madurez interpretativa (improvisada en gran parte) superior en cada entrega. Ethan Hawke y Julie Deply, que eran un par de jovenzuelos algo sobreactuados en la primera entrega, son, a día de hoy, unos intérpretes de primera; algo que ya se vislumbraba hace diez años.



Me cuesta especialmente escribir sobre la película sin hacer mención a sus predecesoras, ya que personalmente me gusta más la segunda parte, pero tengo que reconocer que esta tercera historia es la más madura y realista de las tres. Como mencionaba antes, esta vez asistimos al desgaste de una pareja. Ya ha pasado el momento de mayor entusiasmo, la magia embriagadora del amor ha dado paso a una monotonía cariñosa que empieza a estar salpicada de pequeños reproches que irán ganando protagonismo hasta ahogar la relación.

Los que no hayáis visto las dos primeras entregas, podéis hacer frente a la película sin problema, pero no sentiréis la complicidad con los protagonistas que se siente cuando se han visionado las películas anteriores.

Poco más que decir. Si buscas ritmo y acción esta no es tu película. Pero si buscas una realista reflexión sobre las relaciones de pareja, y por tus venas corre algo de romanticismo, esta es tu trilogía.

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