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El sueño del niño

por Jessica Durán

Todo el mundo sabe de la importancia del sueño, y cuánto más en lo necesario que es para la correcta evolución del niño. El sueño tiene un efecto muy positivo en el desarrollo del niño, ya que ayuda con la memoria, la atención y con el comportamiento. En el momento del sueño, el niño asimila y afianza todo lo aprendido, visto y vivido en el día, además que el niño que está descansado, tendrá un mejor comportamiento y estará dispuesto a “chupar” toda la estimulación que se le ofrece. Por eso, el sueño tiene tanta importancia y cuando se es pequeñito se necesitan más o menos horas para dormir a lo largo del día:


Edad Horas De Sueño
0 - 2 meses10.5 - 18
2 - 12 meses14 - 15
1 - 3 años12 - 14
3 - 5 años11 - 13
5 - 12 años10 - 11

*Las horas son horas totales en 24h, incluidas las siestas.

Mencionados algunos de los beneficios que tiene el sueño a nivel fisiológico, es importante ofrecerle al niño la posibilidad de tener un sueño de calidad. Aquí es dónde interferimos nosotros cómo padres, ya que un sueño de calidad se aprende.

Las siestas son muy beneficiosas para los niños, sobre todo para los menores de 6 años, en los que su actividad diaria se ve incrementada y con mucha estimulación. Dichas siestas, deben tener en cuenta la rutina diaria del niño y dependiendo de esta establecer una duración determinada (no siempre es posible por horarios). Pero muchas veces una pequeña siesta al principio de la tarde, ayuda a los niños a poder superar con mejor humor y comportamiento el resto del día.

Es muy importante que desde el primer momento se establezcan unas “rutinas de noche” en casa que poco a poco ayudan al niño a entender que es el momento de dormir. En cada casa las rutinas pueden variar ligeramente, pero lo que se intenta con ellas es preparar al niño con actividades relajantes que le hacen ver que es hora de relajarse y dormir. Una rutina muy común en muchas casas consiste en:

1. Bañar al niño. Los baños con agua calentita tienen un efecto relajante y esto ayuda al cuerpo a bajar la actividad y estar más tranquilos.

2. Ponerle el pijama. El pijama debe ser cómodo sin muchas gomas o que estas no aprieten en exceso.

3. Cena. Una cena ligera es mejor para poder conciliar un mejor sueño.

4. Leer un cuento. A la mayoría de los niños les gustan los cuentos y al leerle un cuento (adecuado) se le transmite tranquilidad y relajación.

5. Lavarse los dientes e ir al baño. Es un buen indicativo para los niños que están en edad de ello.

6. Acostarse en la cama.

No obstante, hay ocasiones en los que a pesar de las rutinas que se sigan, hay niños a los que les cuesta conciliar bien el sueño y que a su vez éste sea de calidad. En estos casos, lo primero que hay que mirar es si padece algún trastorno del sueño, cómo por ejemplo, pesadillas, terrores nocturnos, apnea… Estos trastornos del sueño son importantes de vigilar y consultar a un médico.

También hay que tener en cuenta, que en diferentes puntos del desarrollo (entre 3-5 años) es normal que predominen los miedos por ejemplo, a la oscuridad, a las pesadillas o terrores nocturnos, a estar solo, a los monstruos, etc. y estos a su vez interfieren en el sueño. Para tratar estos problemas, e intentar normalizar la situación, existen algunas pautas a tener en cuenta:

1. Brindar comprensión al niño. Enfundar confianza en el niño para que exprese libremente lo que le asusta, que se sienta comprendido y no se sienta juzgado, es muy importante para ellos.

2. Validar la emoción del miedo. Es importante que el niño vea y sienta que se le valida sentir la emoción del miedo. Una vez el niño, sienta que es comprendido por los padres le resultará cada vez más fácil hablar de los miedos que van apareciendo.

3. Hacer partícipes a los niños en la solución a estos problemas. Al niño le gusta sentirse mayor y que tiene la capacidad suficiente para resolver problemas, pues bien, en estos casos es positivo que el niño pueda dar ideas de cómo resolver su miedo (siempre con la ayuda de los padres). Por ejemplo, si tiene miedo a la oscuridad, que sea el niño el que coloque una lámpara de noche en su habitación, o que diga dónde la quiere. Si el miedo es quedarse solo, pues que sea el niño el que escoja un muñeco o peluche para que le acompañe toda la noche y así sentirse acompañado. A los niños les encanta sentirse autónomos y al hacerlo junto con sus padres les crea confianza.

A mí personalmente, algunas de estas cosas me son muy útiles con mi hijo, pero no a todos los niños les funciona lo mismo. Es cuestión de ir probando diferentes pautas a ver cuál es la que mejor os sirve. ¿Qué opináis de estas pautas? ¿A vosotros que os funciona mejor con vuestros hijos?

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