El sol reverbera sobre el rio. Hace calor y los caballos se mueven incómodos bajo la picadura de los tábanos. El sudor cae bajo las armaduras y los hombres están cansados. Pero esas orillas…esas orillas son un vergel.

Comienza la ceremonia y la tensión crece. Los bueyes blancos, guiados por los sacerdotes, arrastran cansinos el arado de bronce que marcara el trazado del pomerium.

Ha costado llegar hasta aquí. Las tribus vettonas han luchado con valor, pero el águila imperial ha puesto ya el pie, calzado con unas caligae sobre el terreno que, el gran Tito Livio, llama Ebura de la Carpetania. Tras tantas campañas me pregunto qué quedará de nosotros cuando el tiempo pase y otras civilizaciones y otros ejércitos desfilen sobre lo que construimos, como nosotros hemos hecho con otros lugares y otras costumbres…. Perdonadme, estoy cansado y no hago más que divagar. Casaerobriga permanecerá en el tiempo como el gran imperio al que pertenece.

Y así Talavera entra en la historia. Estas podrían ser las reflexiones de un centurión en la ceremonia del trazado del primer recinto de Talavera. La verdad es que salía una novela como las de Santiago Posteguillo, ¿eh? Pero esa es otra cuestión, volvamos a lo nuestro.

La llegada de los romanos nos trajo la civilización, o la homogeneización con el resto del imperio, según se mire. La globalización de la época.

Debía de ser hermoso ver el foro romano, aproximadamente donde está ahora la Plaza del Pan. Allí se establecerían los edificios públicos más importantes, los templos y las casas de los poderosos. Parte de todo ello se encuentra ahora bajo el Centro Cultural Rafael Morales o bajo otros edificios o bajo las aguas del río.

Un nuevo puente, del que ahora no queda apenas nada, cruzaría el río Tagus. Los primeros ceramistas de Talavera, que trabajarían la terra sigillata, aparecerán en este momento, como Calvinus. Los mercados de ganados y de caballos se celebrarían como ahora, ¡uy, perdón!, como antes.

Y las fiestas en honor de Ceres, las Munda Cereris, para agradecer su ayuda en la prosperidad de ganados y cosechas, se celebrarían cada primavera. Como ahora, como siempre, con fiestas de toros, pasando a formar parte del alma de esta ciudad.

Como veis muchas de las cosas que ahora nos caracterizan como ciudad vendrán desde la conquista romana y muchas más, que como decía nuestro centurión, se irán añadiendo a lo largo de las siguientes oleadas culturales, militares y políticas que irán conformando nuestra personalidad como talaveranos, dando forma, no sólo a esta ciudad, sino también a esta comarca a la que estamos indisolublemente unidos.

Y ya puestos, si vamos a ver el yacimiento bajo el Centro Cultural Rafael Morales (algo que recomiendo encarecidamente que se realice con un buen guía) y luego salimos a la Plaza del Pan, quizás, si somos capaces de entrecerrar los ojos y utilizar nuestra imaginación (sí, eso que deberíamos tener todos y que últimamente, en estos tiempos utilizamos poco) podremos ver, donde está ahora la Colegial, el gran templo de Júpiter sobre el Tajo.

Gracias por leernos. Nos vemos.