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Prehistoria y protohistoria

La vega del Tajo ha propiciado desde la prehistoria un continuo asentamiento de diversas culturas. Se conservan restos paleolíticos, neolíticos y calcolíticos en varios puntos de su área (dolmen de Navalcán, dolmen de Azután, dolmen de La Estrella). La vertiente norte del valle del Tajo, con su característico relieve escalonado de terrazas aluviales cuaternarias sobre materiales graníticos paleozoicos, seguramente acoge las primeras poblaciones prehistóricas.

Aunque escapa a todo estudio posible y no existen documentos escritos anteriores a la dominación romana, uno de esos primitivos asentamientos humanos y ulterior origen de la actual ciudad, posiblemente sea un castro vetón, situado en la zona cercana al horcajo que forman el arroyo de La Portiña y el río. Se han localizado numerosas esculturas zoomorfas que forman parte de la cultura de este pueblo prerromano de la Edad del Hierro, del que en la actualidad se encuentran catalogados cuarenta y dos verracos en toda la comarca de Talavera.

La delimitación del territorio habitado por los vetones y el de los carpetanos es problemática. En función de los hallazgos de verracos de piedra (una muestra distintiva pero no exclusiva del arte del pueblo vetón), la antigua Talavera queda dentro de la zona habitada por los vetones. Constituye la ciudad más oriental de éstos en la actual provincia de Toledo en el momento de la conquista romana, estableciéndose el límite occidental de la presencia carpetana entre las ciudades de Toletum (Toledo) y Caesarobriga (Talavera de la Reina). Dentro de estos vestigios de la protohistoria vetona corresponde citar, entre otros, el verraco incrustado en el Torreón o Torre del Polvorín, que se conoce como la Cabeza del Moro, el de la finca La Alcoba y el de Talavera la Nueva.

Historia antigua

Durante el Imperio romano el nombre de la población es Caesarobriga y en 182 a. C. pasa a formar parte de la provincia de Lusitania como ciudad estipendiaria y capital del Convento Jurídico de Augusta Emerita. Los romanos saben explotar su gran valor ecológico y agrícola, dotándola de cultivos como la vid y el cereal. Se desarrolla como centro de mercados e intercambios comerciales, acuña moneda propia y cuenta con un alfar de terra sigillata un foro, del que se han hallado restos en la plaza del Pan, templos, anfiteatro y circo.

Historia medieval

Con la llegada de los Visigodos el cristianismo se estableció en Talavera, entonces llamada Ebora. En 602 Liuva II regaló a la villa la estatua de la Virgen del Prado, transformando la celebración pagana de la diosa Ceres en la fiesta primaveral de las Mondas, dedicada a la patrona. Los musulmanes llegaron en 712 y proporcionaron a la ciudad una muralla, el alcázar de Abderramán III, regadíos, fuentes y molinos de agua. Talabayra, sin dejar de cultivar cereales y vid, siguió con su tradición comercial y comenzó a afianzarse la tradición alfarera, principalmente por judíos, que convivían con musulmanes y cristianos.

La rendición de la ciudad de Toledo a Alfonso VI en 1085, supuso que Talavera, como otras muchas ciudades de la taifa, fuera «reconquistada» por el rey de León y Castilla. En el contexto del avance almorávide en la península Ibérica entre finales del siglo XI y principios del siglo XII, la ciudad pasó temporalmente a manos de los musulmanes en el año 1109, no retornaría a territorio cristiano hasta por lo menos 1113, esta circunstancia constituyó en su momento una amenaza para el control cristiano de la ciudad de Toledo.

Sancho IV otorgó a la villa el privilegio de la organización de dos ferias agrícolas al año, esto ha derivado en lo que hoy son las ferias de San Isidro en mayo y San Mateo en septiembre. El 24 de junio de 1328 Alfonso XI se casó con su prima hermana María de Portugal. Entre los regalos que le hizo a la reina se encontraba la ciudad de Talavera, a partir de esa fecha tomará el nombre de Talavera de la Reina.

Historia moderna

Durante los siglos XV y XVI, Talavera alcanzó gran fama gracias a su cerámica, pruebas de ello se encuentran en el Monasterio de San Lorenzo del Escorial, la Catedral Vieja de Salamanca (siglo XIII) o la Iglesia del Real Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas en Burgos (siglo XIII).

Talavera y sus hijos ilustres como Francisco de Aguirre, Juan de Orellana o Jofré de Loaisa participaron activamente en la Conquista de América. Otros talaveranos influyentes fueron Fray Hernando de Talavera, confesor de Isabel la Católica, el Almirante Francisco Verdugo por sus gestas en Flandes, y el músico Francisco de Peñalosa.

Hechos importantes fueron la otorgación a Guadalupe de carta de jurisdicción y el asentamiento del gran alfoz de Talavera, conocido como Antiguas Tierras de Talavera que abarcaba en 1455 los territorios que iban desde Castilblanco, Guadalupe, Alía y el Valle del Ibor en Extremadura hasta el norte de Toledo. Hoy día la influencia talaverana es aún sensible en todos esos territorios.

A comienzos del siglo XVI se publicó la más importante obra de teatro de la literatura castellana, La Tragicomedia de Calixto y Melibea o La Celestina, escrita por el vecino y Alcalde Ordinario de Talavera (desde el 14 de junio de 1508 hasta la fecha de su muerte, 5 de abril de 1541) Fernando de Rojas, nacido en La Puebla de Montalbán.

Durante el siglo XVII la ciudad vivió una época de oro cultural que dio comienzo con el padre de la Historia española, Juan de Mariana, que con sus estudios políticos influyó notablemente y se adelantó a las tesis de la Revolución francesa. Pero fue a partir del año 1750 cuando esta localidad alcanzó su pleno apogeo, con la llegada a la ciudad de las Reales Fábricas de Seda, en las que había empleados más de 4.000 trabajadores, y que funcionaron durante aproximadamente un siglo.

Historia contemporánea

La Guerra de la Independencia tuvo grandes consecuencias sobre Talavera, el 27 y 28 de julio de 1809 comenzó la Batalla de Talavera entre tropas angloespañolas y francesas, sobre el Cerro de Medellín, al norte de la ciudad. Al final las tropas al mando del general Arthur Wellesley lograron expulsar a los franceses al otro lado del río Alberche.

En 1833 se estableció por parte de Javier de Burgos, la división territorial de España por provincias. Talavera, depauperada a causa de la guerra, perdió la oportunidad de convertirse en una provincia y pasó a pertenecer a la provincia de Toledo, si bien el sentimiento comarcal era amplio en sus antiguas tierras.

Durante el siglo XIX aparecieron grandes maestros artesanos ceramistas en la localidad, con lo que se recuperó la tradición alfarera, y la llegada del ferrocarril a finales de siglo, supuso un avance impresionante, pues fue de las primeras ciudades españolas en contar con una estación ferroviaria y experimentó a partir de entonces un aumento de población, procedente sobre todo de los municipios de los alrededores, convirtiéndose en una de las localidades más pobladas del centro de la península.

Siglo XX

En el siglo XX la población siguió aumentando y por ello fue necesario proceder a la ampliación de la ciudad, con barrios de nueva creación. Talavera fue ganando prestigio como centro comercial importante de la zona centro.

También apareció un ceramista muy conocido, Juan Ruiz de Luna, en cuyo honor hoy existe el Museo de Cerámica Juan Ruiz de Luna. La obra de este alfarero puede verse en la Basílica de Nuestra Señora del Prado, en la Plaza del Pan, y en la fuente de rana del Colegio Juan Ramón Jiménez.

Durante la II República la ciudad vio surgir aunque solo fuera en planos la posibilidad de convertir una zona hasta ahora de secano en una zona de regadío.

Talavera de la Reina permaneció fiel a la República al producirse el golpe de Estado del 18 de julio de 1936; su nombre cambió al de Talavera del Tajo. Durante ese periodo se produjo una represión contra religiosos y partidarios del ejército sublevado. El 1 de septiembre de 1936 la aviación franquista bombardeó el popular barrio de Puerta de Cuartos, y causó algunos muertos e importantes destrozos. El 3 de septiembre las tropas rebeldes entraron en Talavera al mando del teniente coronel Yagüe y el comandante Castejón, quienes continuaron con la represión en este caso contra el bando derrotado. La ciudad sufrió también varios bombardeos de la aviación republicana, en julio de 1937 y marzo de 1938.

Durante el Franquismo se recuperó el proyecto republicano de convertir en regadíos la zona de Talavera; para ello se creó el Canal Bajo del Alberche y se fundaron nuevos pueblos: Talavera la Nueva y Alberche del Caudillo. Esto desencadenó una explosión demográfica. La población comenzó a crecer con gentes venidas de todos los pueblos de la provincia, el sur de Ávila y el este de Cáceres. A finales de la dictadura, la población era aproximadamente de 55.000 habitantes, superando en número a la de Toledo.

La restauración democrática se inició en Talavera con las primeras elecciones municipales, que dieron la victoria a Jesús García de Castro, cuyo legado más destacado fue su reivindicación de crear la provincia de Talavera, debido a su singularidad dentro de Toledo y a la necesidad de relanzar la mermada economía comarcal, reivindicación que fue perdiendo peso con el paso de los años (no obstante, su sucesor en la alcaldía, el socialista Pablo Tello, llegó incluso a solicitar la separación de la comunidad sur-castellana). Estos años coinciden con los cambios político-sociales de la Transición en España, que tuvo su repercusión a nivel local en la creación de los partidos políticos, movimientos sindicales y asociaciones vecinales y otras de muy diversa índole.

Luis Antonio González Madrid fue el siguiente mandatario talaverano, elegido por el partido centrista CDS, cuya contribución fue decisiva para impulsar la cooperación del ayuntamiento con las asociaciones de vecinos en los asuntos municipales.

En 1989 volvió al gobierno el PSOE de la mano de Javier Corrochano, sucedido en el cargo por el también socialista Isidro Flores. Fueron los años del movimiento social NOSOTROS TALAVERA, creado con el objetivo de luchar contra la marginación de la comarca talaverana en las instituciones castellanomanchegas, tras la decisión del gobierno regional de trasladar la sede de la UNED a Toledo. Este movimiento, tras la exitosa huelga general y manifestación del 27 de febrero de 1992, consiguió que el entonces presidente José Bono firmara el conocido como "Documento Bono", en el que se incluían históricas reivindicaciones de los talaveranos como la creación de una universidad, mejoras en el abastecimiento de agua y creación de cinturones industriales, mejoras que en parte quedaron sobre el papel o no fueron resueltas como se demandaba (en 1994 la Universidad de Castilla la Mancha abrió un campus residual dependiente del de Toledo, sin edificio propio y con sólo 3 diplomaturas).

Tras un gobierno del PP presidido por Florentino Carriches que tuvo como mayor logro el afianzamiento del campus universitario y una política de infraestructuras, promoción de industria y medio ambiente, en 1999 el Partido Socialista volvió al poder de la mano de José Francisco Rivas.

Siglo XXI

Rivas se mantuvo como primer edil hasta las elecciones municipales de 2011, que dieron la victoria al Partido Popular, siendo Gonzalo Lago el actual Alcalde de Talavera con 14 concejales para el PP, 10 para el PSOE y 1 para Izquierda Unida.

Talavera es desde hace varias décadas la ciudad más poblada de la provincia, segunda de la Comunidad Autónoma, además ocupa el puesto 71 en el ránking poblacional de las ciudades de España.

Su voluntad se centra hoy en reforzar su intensa actividad comercial, con un moderno pabellón de ferias y eventos (Talavera Ferial), centros comerciales y turismo. El proyecto más añorado es, sin embargo, el Tren de Alta Velocidad AVE Madrid-Lisboa, previsto en un principio para el año 2008, pero que ha sido retrasado sucesivamente por el Gobierno central al año 2010, 2012 y actualmente hasta el 2015. Se prevé de igual manera la prolongación a medio-largo plazo de la autopista R-5 hasta la Ciudad de la Cerámica.